viernes, 1 de junio de 2012

Primavera

Hubo dos cambios importantes en mi vida durante mi juventud. Cuando tenía 22 años y trabaja en el periódico los  jóvenes luchamos por el no regreso del caquismo que gobernó por años al País . En ese tiempo nuestro levantamiento llamó la atención de los viejos, después de 44 años no se había visto un movimiento con tanta fuerza.  Los muchachos de mi generación habían encontrado en las redes sociales el poder de convocatoria, difusión y la voz para que el mundo se enterará de los nexos con el crimen organizado así como del constante tráfico de inluencias  de aquel presidenciable que no era más que un títere del verdadero monstruo.
Había soñado durante mi adolescencia ser participe de un cambio, y esa fue nuestra primavera. Reforma se llenó de chicos con pancartas, desde siempre la juventud era a lo que el poder temía. 
Eramos demasiados como para volver a repetir la masacre de Tlatelolco. Los halcones nos veían desde lejos esperando la menor provocación para atacarnos,pero sin levantar los puños logramos que las universidades se unieran. 
El segundo cambio vino de la mano del primero, fue cuando me enamoré de Lorena. A ella la quise, y al final, como todas las mujeres a quienes se ama por primera vez uno termina con los huesos rotos. 
Ella era Ella en ese momento porque no sabía como se llamaba, de donde venía ni hacía donde iba.  No sabía porque razón los discursos de los demás muchachos hasta cierto punto me parecieron una replica de los anteriores hasta que ella habló.
-"¿Dónde quedará nuestro amor si permitimos que otros decidan por nosotros(...)?".
Todos aplaudimos al final. Ella bajó del templete. Tenía el cabello castaño y largo. Su cintura y torso parecían un embudo. Su cintura, torso y caderas parecían un violín. Su cintura, torso y caderas parecían que me gritaban ámame. Me enamoré de su convicción.
No sé por qué, Lorena me miró. Tampoco sé por qué me sonrió. Mucho menos sé por que me habló.
Lorena me pidió un encendedor, por caballerosidad encendí su cigarrillo. 
-¿Es tan fácil  olvidar las cosas que no nos han pasado?
-Creo que es lo más difícil de dejar atrás. 
Al terminar el mitín decidimos ir a dar un paseo. Fuimos en la noche al campus central de mi universidad,  y ahí nos acostamos en el cesped. Me tumbé sobre su espalda  y la cubrí de besos  mientras ella recordaba días que no conocí. Los besos que me dio comenzaron cuando nací y estoy seguro terminarán el día que me muera. 
A ella le preocupaba el dolor que provocaba la ignorancia. De pronto me habló del dolor que le causó nunca encontrar a su padre, quien era periodista y activista en Morelos, y de como su madre se cansó de buscarlo hasta en el Semefo. Luego yo le conté de mi frustración de nunca llevarme créditos en las notas y que siempre eran firmadas con el nombre del reportero de la fuente.
Fue ahí cuando Lorena me dijo.
-La verdadera gloria no deberías fundarla  en el nombre, sino en la seguridad de tus palabras.
Escuchamos  juntos que nadie podía comprar al sol, al viento, ni al amor. Lorena, Lorena, el amor se escribió con L. 
Los miserables trataron de callarnos con una ley de contenidos en internet a nivel nacional. Primero lo intentaron en Veracruz  el año pasado cuando los enfrentamientos entre carteles aterrorizaban a la población y dos periodistas informaron de un tiroteo. El gobierno de Durán los encarceló por supuesta "perturbación al orden público" y fue entonces cuando muchos a través de Twitter ayudaron a denunciar los abusos físicos que padecieron. 
Pudieron salir, y con ellos se dio el primer golpe al mal gobierno. Jóvenes, después de todo, no vimos al dinosaurio enojado que trataría de ganar a como diera lugar la presidencia.
Los estados donde el pritismo  gobernaba eran los de mayor indice de violencia, curiosamente muchos trataron a través de la prensa manipular la manifestaciones de nuestro movimiento.
Titulares como :"Manifestaciones de estudiantes fallaron en boicot" "Enrique Peñaloza convenció a  estudiantes de universidades". Mentira tras mentira en los estados. En la capital todo era distinto. Amenazas llegaron hasta las redes sociales, miembros pritistas buscaron intimidarnos diciendo "sabemos lo que hacen y quienes son". Sin embargo, ante la mirada internacional nos habíamos posicionado como un movimiento importante al grado de asociarnos con los arabes, estadunidenses y otros movimientos de América Latina. Era nuestra Primavera Mexicana.
Primavera 2012