jueves, 25 de agosto de 2011

La Linda Karla

Hay en su rostro algo que la hace ser la más guapa de entre todas las mujeres, tal vez su encanto radica en la vida de sus ojos tristes, o quizá  las demás mujeres en las esquinas han perdido el brillo  después de muchas noches paradas esperando a un hombre que no desean.
No es como las demás, no se ofende si uno la observa desde el cristal del automóvil, no se burla, no grita y no te reta, sólo sonríe. Karla es una puta amable, y sabe perfectamente quien es su cliente y quién no.
Ella no quiere que la saquen de la calle ni que la salven  de los besos que da y recibe sin amor. Aprendió desde muy joven que su cuerpo era lo mejor que tenía y que debía ofrecerlo a los mejores postores, esto no es solamente un negocio para ella, es un acto de bondad y de placer.
La vida para ella es tan sencilla como verse en el espejo y sentirse contenta con el ser que vive en el reflejo, desayunar y ver desde su ventana como caminan las persona, crearles historias y mandar cada semana un cheque para una familia que sólo sabe recibir dinero  y que no ofrece ni cartas en sus cumpleaños, ni cenas de navidad. 
Tiene tantas historias como hombres en las  camas de un hotel. No es amiga de lo convencional, ha hecho de sus clientes algunos de sus mejores amigos, y  por algunos reporteros, escritores y artistas ha conocido de literatura, cine y música, muchas veces ha caído en el cliché de enamorarse de alguno, pero cuando eso sucede se aleja de inmediato.
Desde los nueve años entendió que el pené le estorbaba y que ella estaba atrapada en el cuerpo de un niño afeminado  llamado Julio Ávila, por eso a los 24 años decidió cortar el problema de raíz.
A las 23:00 horas ella posa sus tacones blancos en Sullivan . Cubre sus senos de silicón con  un sostén   blanco y porta una ajustada minifalda del mismo color  que le dice al mundo que  tiene una vagina capaz de  enloquecer a cualquier hombre.
Se ha pintado los labios  de rojo, su cabellera castaña le llega hasta  su cintura, y sus nalgas firmes y la delicada silueta  de sus piernas  le han  valido  en muchas ocasiones escuchar a algunas de sus colegas prostitutas decir  “Tiene mejor cuerpo que muchas”.
Blanca y provocativa, ella no parece un hombre, ni la espalda ni sus manos la delatan. Ella es bonita, Karla es una extraña que sonríe en la oscuridad.

domingo, 21 de agosto de 2011

Evarista

Una muchacha de 22 años entra a una tienda de mascotas. Se detiene frente al cristal para ver como los perros se huelen la cola y como las ratas se comen a otra muerta. Inexplicablemente siente ternura por un montón de tortugas apiladas una sobre otras y decide llevarse a la que es aplastada por las otras 20.


Compra una pecera y flores artificiales, siempre quiso ver un girasol en el agua .


La joven había acumulado tantas tristezas y había guardado tanto amor que decidió que si era capaz de amar a una tortuga, un ser incapaz de generar muestras de afecto como lo hacen los perros o los gatos, estaría curada.


La llamó Evarista, y limpio por años su caparazón. La tortuga creció tanto que podía sacarla a pasear en el jardín. Jamás recibió una muestra de amor, sólo de confianza.


Eso bastó. Se preparó un té de manzanilla y se dispuso a enamorarse otra vez.

domingo, 14 de agosto de 2011

Él como otros jóvenes no sentía miedo cuando escuchaba SIDA . Esa enfermedad que por la década de los ochenta aterrorizo a muchos de los que hoy son nuestros padres, maestros, familiares y amigos, ahora es un fantasma que a nadie asusta.
La verdad es que el sexo era la mejor invitación a pasarla bien, no hay ningún problema, el confía en su novio, no hay de que asustarse, a El no le va a pasar. Varios meses juntos es la mejor garantía para no pedir antecedentes ni mostrar inseguridad por las antiguas parejas.
El amor tiene caducidad, y Él ya no sigue con su novio. Se dijeron adiós. No lo quiere volver a ver, es un maldito infiel que no respetó sus sueños de boda y se quedó con sus camisas y una loción. Al diablo, Zona Rosa existe y habrá un montón de hombres que deseen pasar sus vidas con Él.
Encontró a alguien más.Nadie muere de desamor, para Él la vida sigue. El nuevo amor si tiene condiciones.

Va a la Clínica Condesa. Que innecesario, que tedio.
Un joven del tipo "Oso"  le pregunta "¿Cómo cambiaría tu vida si estuvieras infectado?". -"Estaría muerto en vida", respondió.

Positivo. La vida sigue.