miércoles, 17 de julio de 2013

Heaven

El 26 de mayo del 2013 desaparecieron 12 jóvenes en el after hours Heaven, ubicado en la Zona Rosa, a unos pasos de la Secretaría de Seguridad Pública local. Fue un domingo cuando se realizaba el ciclotón, a plena luz de la mañana.
Las especulaciones salían todos los días. Filtraciones de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal se vieron publicadas en cada uno de los medios de comunicación. Reuniones entre familiares y el procurador que no podía esconder su nerviosismo cada que los reporteros le disparaban a quema ropa los cuestionamientos sobre  cómo era posible que en un mes y medio de la desaparición , y sin resultados del paradero de los muchachos, daba en cada chacaleo la declaración de que "había avances" en las investigaciones.
Cada semana se reunía con las familias, que quedaron de acuerdo en asignar a una representante: Leticia Ponce, mujer del barrio de  Tepito. Esposa de uno de los personajes más temidos y asociados con el primer grupo que exigió "pago por derecho de piso" a los comerciantes del barrio de la Morelos, El Tanque, Jorge Ortíz,  preso en un penal federal de Hermosillo Sonora, por su perfil.
Leticia  ha dicho en múltiples ocasiones que lo único que quiere y busca es que su hijo, Jerzy Ortiz Ponce, aparezca. Sin importarle a quienes detenga las autoridades locales, lo único que quiere ver es a su hijo. No llora, ni se quiebra como las madres de los desaparecidos. Su trato con la prensa no es buscar la compasión que se lee en las notas del sexenio pasado a nivel federal. Es distinto, muy controlado... no le gana la emoción... únicamente cuando algún reportero cuestiona la relación de los jóvenes con la delincuencia organizada, ajustes de cuenta o con el pasado de su marido...


lunes, 28 de enero de 2013

Dicen

Dicen que la gente no puede volar. Dicen que no se debe decir mentiras. Dicen que el amor es para siempre. Dicen que Dios vive en el cielo. Dicen que las mujeres aún deben ser vírgenes para valer. Dicen que el periodismo es noble. Dicen que las bonitas están perturbadas. Dicen que la gente vale por lo que lleva en la cartera. Dicen que el tiempo es sabio. Dicen que uno se entera de las malas noticias al abrir la computadora. Dicen que te debes casar para ser más feliz. Dicen que tienes hijos para perdurar. Dicen que los de la Anáhuac son unos mamones. Dicen que hay democracia. Dicen que no hay nada en Mexicali. Dicen que si eres infiel jamás te va a perdonar. Dicen que las güeritas somos unas linduras. Dicen que no te puedes tatuar porque no vas a encontrar chamba en el gobierno. Dicen que el amor de los periodistas es breve pero fulminante. Dicen que los pelones son peligrosos. Dicen que los geeks no saben amar. Dicen que no existe la amistad entre las mujeres bonitas. Dicen que el hombre que se va al norte va a dejar a su mujer por otra.Todos dicen que no me quieres. Afortunadamente yo le creo a la gente lo mismo que a los periódicos.

viernes, 26 de octubre de 2012

El Ciego

Jueves. Al parecer las uñas nunca me van a crecer. Miro como las personas ignoran al ciego que quiere cruzar Ermita. Un montón de hormigas se aglomera en el pesero que lleva a Zapata. Me siento muy cansada, aburrida, comienzo a tener conciencia de lo que significa ser muy joven como para enfrentarme a la autoridad, y ser demasiado grande como para volver a recostarme en el césped en la facultad. Las crisis están cambiando. El pantalón me queda muy justo, los muslos están engrosándose, por fin los pechos me están creciendo -a la par de los cachetes-. El ciego sigue ahí parado. "Mamacita", me grita un tipo desde una camioneta. Han pasado muchos años, han pasado muchos días y no entiendo porqué nadie se da cuenta de que el ciego sigue parado ahí. De nuevo está en verde. Cruzo hacia el ciego. Le pregunto la obviedad -"¿Necesita ayuda?". Acepta. Pasamos la avenida. Si tardas más de 15 minutos en escribir algo ya te jodiste.

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Qué es el periodismo?

El periodismo es la sensación que te provoca obtener algo cuando alguien te dijo que no se podía. Obtener una declaración oficialista por la mañana y en la noche platicar con el señor de las hamburguesas y que te cuente la historia de como conoció a Manuel Ávila Camacho de adolescente. Periodismo es infiltrarse en un hospital. Periodismo es aprender a reconocer  historias en los rostros de los extraños . El periodismo es ver  a el amor de tu vida casándose con otro. El periodismo se vive en las madrugadas, con charlas, cerveza, mezcal, tequila, BACARDI. El periodismo vive en la soledad. El periodismo se vive en un concierto, en un estadio, en el Senado. El periodismo te hace conocer a grandes mujeres en las putas y a las verdaderas putas de la política. El periodismo te hace ser el mejor critico de ti mismo, y el más cruel con los demás. Te hacer ser bien 'pedero' y ponerte al brinco en nombre de la razón ¿cuál razón? La que tú crees.
Te hace desvelarte, te hace levantarte tarde o temprano. Te hace amar y odiar a las mujeres. Te hace amar u odiar a los hombres. Tener al eterno amigo con el que coges una vez al mes. Te hace pagar una pensión al mes para una mujer que te dejó por otro cabrón bajo el pretexto de que no tenías tiempo para ella por tu amante, la redacción.
El periodismo te hace lucrar con las muertes de los demás. Te hace decir con toda la razón que el presidente es un culero. Te hace ver la vida de tantos colores, que no sabes si mañana será gris o rosa. El periodismo te hace valorar una cena el 24 de diciembre. El periodismo te aleja o acerca a Dios. Te vuelve un cretino que se emociona con las edecanes o te hace valorar a la mujer que aguanta tus pinches horarios y descansos de martes y miércoles. El periodismo te deja sin padres. El periodismo te acerca a Cortázar, a Capote, a Marquéz, a Galeano, a Monsivaís, a Serna. El periodismo te hace odiar que no puedas escribir cuando más lo necesitas. Te encierra en una nota informativa y te hace grande con las crónicas. El periodismo es una hermandad entre fotógrafos, te hace pelear con tu editor en las tardes y en las madrugadas te hace compartir un ron y hablar de cómo van los niños, cómo vas con esa chica. El periodismo es un table a las 3 de la mañana en la quincena o una caminata en el bosque.
El periodismo te convierte en una medusa muy bonita. Te hace tener un bebé antes que tu reloj biológico te diga NEL. El periodismo es la razón por la que eres feliz.

domingo, 15 de julio de 2012

Ojo Oaxoco

César tenía prohibido recordar el nombre de los que entraban a su casa. 

Después de haber escapado de Honduras tras el golpe de Estado en 1963, César Illescas tuvo que dejar pasar que en su nuevo hogar en la Colonia Narvarte  durante la  mayoría de las parrandas literarias estaban como invitados su tío Augusto Monterroso, Gabriel García Máquez, José Emilio Pacheco, Octavio Paz y Pablo Neruda.
Todos esos apellidos no  le significaban nada positivo. Sólo eran  los culpables de que él, siendo un niño de 10 años tuviera  que salir por las noches a la calle para comprar  más botellas de whisky, jamones y quesos para que ellos siguieran emborrachándose en nombre de las letras.
- “Honestamente, ni tengo ni quiero tener nada de literario más que el apellido”, me dijo después de preguntarle  sobre su relación con Monterroso y su padre.
Cincuenta años después, desde la ventana de su departamento en la colonia Del Valle, se podía observar a las personas dirigirse a un restaurante argentino que se ubicaba en la esquina de su edificio.
 Su casa llena de libros y películas era un reflejo de sus pasiones. En el ambiente siempre había música de orquestas de los años cincuenta.
César Illescas me contó que una vez a los 6 años  había escrito mal en un dictado "poco a poco”, y en su lugar puso “ojo oaxoco”. Aquella experiencia  causó  las burlas de su padre, su tío, y su madre. Por años fue el error de  quienes  habían nacido con el gen de la escritura. Fue el momento más vergonzoso en su vida.
Me confesó también estar  agradecido de no haber nacido con fórceps como su hermano mayor, de haber estudiado tres carreras, de haber tenido cinco hijos, y de haber encontrado a los 35 años la vocación de la docencia.
Por costumbre  al final del curso de psicología reunía a todos sus alumnos en un karaoke de la Del Valle. El psicoanalista César Illescas me escuchó cantar “La Diferencia” de Juan Gabriel.
 Intrigado,  al bajar del escenario me preguntó por qué había escogido esa canción y qué significaba para mí.
-Creo que es la primera vez que un hombre me engañó con una canción, le dije.
Al despedirnos me permitió llamarlo para entrar en análisis. Nos abrazó, y nos dijo como era su costumbre:  “Sean felices”.
 Un mes después, la noche de ese martes en el que me enteré de su muerte de pronto comencé a sentir  dentro de mí  un vacío que no dejaba de engrandecerse.  Aún no determino con precisión si el origen nació  en el estómago o en mi  corazón, pero de poco a poco fue expandiéndose. Se parecía a  una sensación parecida al dolor ,un poco más fuerte y más punzante, algo que no pude comparar con otras pérdidas, como un  desasosiego que parecía no terminar. 
Eso era la muerte. No hubo explicaciones, sólo un llanto silencioso entre los más de 600 cubículos en la redacción del  Reforma.  

viernes, 1 de junio de 2012

Primavera

Hubo dos cambios importantes en mi vida durante mi juventud. Cuando tenía 22 años y trabaja en el periódico los  jóvenes luchamos por el no regreso del caquismo que gobernó por años al País . En ese tiempo nuestro levantamiento llamó la atención de los viejos, después de 44 años no se había visto un movimiento con tanta fuerza.  Los muchachos de mi generación habían encontrado en las redes sociales el poder de convocatoria, difusión y la voz para que el mundo se enterará de los nexos con el crimen organizado así como del constante tráfico de inluencias  de aquel presidenciable que no era más que un títere del verdadero monstruo.
Había soñado durante mi adolescencia ser participe de un cambio, y esa fue nuestra primavera. Reforma se llenó de chicos con pancartas, desde siempre la juventud era a lo que el poder temía. 
Eramos demasiados como para volver a repetir la masacre de Tlatelolco. Los halcones nos veían desde lejos esperando la menor provocación para atacarnos,pero sin levantar los puños logramos que las universidades se unieran. 
El segundo cambio vino de la mano del primero, fue cuando me enamoré de Lorena. A ella la quise, y al final, como todas las mujeres a quienes se ama por primera vez uno termina con los huesos rotos. 
Ella era Ella en ese momento porque no sabía como se llamaba, de donde venía ni hacía donde iba.  No sabía porque razón los discursos de los demás muchachos hasta cierto punto me parecieron una replica de los anteriores hasta que ella habló.
-"¿Dónde quedará nuestro amor si permitimos que otros decidan por nosotros(...)?".
Todos aplaudimos al final. Ella bajó del templete. Tenía el cabello castaño y largo. Su cintura y torso parecían un embudo. Su cintura, torso y caderas parecían un violín. Su cintura, torso y caderas parecían que me gritaban ámame. Me enamoré de su convicción.
No sé por qué, Lorena me miró. Tampoco sé por qué me sonrió. Mucho menos sé por que me habló.
Lorena me pidió un encendedor, por caballerosidad encendí su cigarrillo. 
-¿Es tan fácil  olvidar las cosas que no nos han pasado?
-Creo que es lo más difícil de dejar atrás. 
Al terminar el mitín decidimos ir a dar un paseo. Fuimos en la noche al campus central de mi universidad,  y ahí nos acostamos en el cesped. Me tumbé sobre su espalda  y la cubrí de besos  mientras ella recordaba días que no conocí. Los besos que me dio comenzaron cuando nací y estoy seguro terminarán el día que me muera. 
A ella le preocupaba el dolor que provocaba la ignorancia. De pronto me habló del dolor que le causó nunca encontrar a su padre, quien era periodista y activista en Morelos, y de como su madre se cansó de buscarlo hasta en el Semefo. Luego yo le conté de mi frustración de nunca llevarme créditos en las notas y que siempre eran firmadas con el nombre del reportero de la fuente.
Fue ahí cuando Lorena me dijo.
-La verdadera gloria no deberías fundarla  en el nombre, sino en la seguridad de tus palabras.
Escuchamos  juntos que nadie podía comprar al sol, al viento, ni al amor. Lorena, Lorena, el amor se escribió con L. 
Los miserables trataron de callarnos con una ley de contenidos en internet a nivel nacional. Primero lo intentaron en Veracruz  el año pasado cuando los enfrentamientos entre carteles aterrorizaban a la población y dos periodistas informaron de un tiroteo. El gobierno de Durán los encarceló por supuesta "perturbación al orden público" y fue entonces cuando muchos a través de Twitter ayudaron a denunciar los abusos físicos que padecieron. 
Pudieron salir, y con ellos se dio el primer golpe al mal gobierno. Jóvenes, después de todo, no vimos al dinosaurio enojado que trataría de ganar a como diera lugar la presidencia.
Los estados donde el pritismo  gobernaba eran los de mayor indice de violencia, curiosamente muchos trataron a través de la prensa manipular la manifestaciones de nuestro movimiento.
Titulares como :"Manifestaciones de estudiantes fallaron en boicot" "Enrique Peñaloza convenció a  estudiantes de universidades". Mentira tras mentira en los estados. En la capital todo era distinto. Amenazas llegaron hasta las redes sociales, miembros pritistas buscaron intimidarnos diciendo "sabemos lo que hacen y quienes son". Sin embargo, ante la mirada internacional nos habíamos posicionado como un movimiento importante al grado de asociarnos con los arabes, estadunidenses y otros movimientos de América Latina. Era nuestra Primavera Mexicana.
Primavera 2012

lunes, 30 de enero de 2012

De cómo conocí al Guapo, guapo y otras formas de vivir


Idea retomada del personaje La Princesa de Hierro, del maestro Gustavo Sainz. Por supuesto, nada se compara a esa genialidad. 

Un día me encontré al  Guapo, guapo en Reforma, así mientras caminaba hacía el  Ángel. Hacía mucho tiempo que  me preguntaba cómo se llamaba, pero  no sabía de  nadie que lo conociera, entonces pues mejor me le quedaba viendo cuando  pasaba donde se juntaba. Fíjate que ese día iba con un muchacho medio guapetón, un güero que le dicen Clavé, como la leche , nada más que sin la “L” ¿no? y pensé que seguramente eran de los muchachos más guapos de la facultad, entonces como yo iba con mi amiga que también le gustan los hombres con cara de malos  se les  quedó mirando hasta que me dijo que conocía a un periodista que se juntaba con ellos, un tal Roberto. Según ella son de esos  muchachos  de la onda que se la viven en fiestas y fumando, a veces hacen cortos y se juntan en la Roma, ya sabes de esos buena onda.
Entonces mi amiga y yo decidimos caminar cerca de ellos, total, ni nos conocían, hasta que vimos que  se iban a meter a un edificio,  lo primero que me dijo es que seguramente se iban a dar un toque, pero a mí me parecían unos muchachos muy guapos, así que no le tome importancia. Seguimos hasta la Zona Rosa donde hay un restaurante de comida japonesa; en la entrada hay un estanque donde hay muchos peces amarillos, lo feo es cuando  hay algunos muertos flotando panza arriba ¡no sabes la tristeza que me da! Pero en fin, subimos  a la terraza y pedimos muchas comida porque hoy nos pagaron en el periódico, hablamos de las elecciones en  la facultad , entonces me contó que la que ganó fue una que tenía nombre de país, nunca tomé clase con ella porque decían que andaba con un profesor  y eso me parecía muy desagradable, ya sabes no es ético, pero bueno.
Mi amiga me contó que los otros candidatos también estaban para el perro porque eran unos ilustres desconocidos con propuestas  iguales a las de siempre ¿no? Bueno, el caso es que uno de mis amigos se postuló y el  viernes el muy gandalla me pidió que acarreara a mis amigos y conocidos para que votarán por él , a lo que yo contesté que no era ninguna pastora, así que anule mi voto. Nos tomamos unas cervezas y después pagamos la cuenta, caminamos hacia el metro y luego nos despedimos porque ella tenía que ir a ver a su novio, que según ella  hace el mejor sexo oral del mundo.
En  el metro, mientras iba caminando hacia el andén, me decía a mi misma  los posibles nombres delGuapo, guapo. Pensé que tenía nombre de Leonardo, tal vez de Santiago o quizá uno muy de onda como Rafael o Paris, antes de que se cerrará el vagón ¡qué entra el Guapo, guapo!  Iba todo de negro, con una camisa  del cocodrilito, unos jeans justos y unas gafas negras, supongo que para disimular los ojos rojos. Se sentó en el asiento de enfrente, sacó un libro de Bukowski y se fue de este mundo. Me le quedé viendo dos o tres estaciones, tratando de imaginarme su loción, fue en ese momento que mi mirada lo regreso al mundo y volteó. Me miró a través de sus lentes oscuros y sonrío,  al abrirse las puertas del vagón se levantó y quedó unos instantes esperando a que saliera con él, pero me quedé  fría , mi reacción fue tan lenta que  cuando comprendí la invitación a perderme con él ya era demasiado tarde,  me dijo adiós con la mano y salió  de mi vida. Sólo pude seguirlo  con la mirada hasta que el metro me alejo de él.
Llegue a casa y encendí el televisor, y practiqué de manera maratónica el zapping , nada, nada que llamará  mi atención. Me sentí huequita, así como me decía Antonio antes de que se fuera con una de esas meseras que andan en patines.  Encendí la computadora, sólo para ver quien había  escrito y en la bandeja  un mail de un desconocido, un tal Héctor  que me invitabaa fumar y a reír.